Existe un suelo ecológico para jardines, caminos de parques, espacios urbanos o naturales, que se integra muy bien en el medio ambiente, porque su textura es absolutamente natural, se trata del terrizo continuo. Su aspecto final es como el de un suelo de tierra.
Características:
- Tiene un alto grado de resistencia para estabilizar superficies con pendientes de hasta un 20% de pendiente.
- Compuesto principalmente por calcín de vidrio, reactivos y áridos. Uno de los ligantes utilizados es un cemento de vidrio que se consigue del micronizado de residuos, que con los reactivos, agua y el árido que se desee, forma el pavimento terrizo.
Pavimento ecológico:
Durante la fabricación del cemento convencional se precisan temperaturas muy altas (1450°C) que requieren de un elevado consumo de energía (grandes emisiones de CO2), mientras que para conseguir el cemento de vidrio el consumo energético es ínfimo, además de aprovecharse material de desecho que normalmente se tiraba de las plantas de reciclado de vidrio.
Ventajas:
- Indicado tanto para tránsito peatonal como rodado, sin más que aumentar el espesor.
- Es impermeable y evita la formación de charcos. No se forma polvo y tampoco barro.
- Siempre será posible utilizar un color de árido que le aporte el aspecto más natural e integre mejor en el entorno.
- Impide que crezcan hierbas.
- Es inundable, por lo que está aconsejado su uso en riberas y caminos costeros.
- Su superficie es autocicatrizante en las pequeñas fisuras que puedan aparecer por movimiento de la subbase.
- Es de fácil y rápida aplicación, con un bajo costo.
- No necesita mantenimiento, y es muy resistente frente a condiciones climatológicas extremas.
Instalación:
- La subbase debe estar bien compactada y nivelada, pudiendo ser asfalto, hormigón, o incluso zahorra.
- Después se extiende la capa de terrizo y se nivela, y por último se compacta. El tiempo de fraguado es de 2 a 20 días, dependiendo del uso final.