El césped artificial es un perfecto sustituto del césped natural. Con aspectos cada vez más conseguidos y naturales, carece de mantenimiento y nos da un aspecto muy similar al del césped natural.
En función del fabricante, nos encontraremos con diferentes calidades y diseños. Generalmente consta de dos partes, la membrana base y los hilos o filamentos que simulan el césped. La calidad de dicha membrana, la calidad de los filamentos, la concentración de hilos por metro cuadrado, así como su color (monocolor, bicolor o multicolor) serán los aspectos más importantes a la hora de determinar su precio.
Siempre es recomendable repartir una cierta cantidad de arena de sílice sobre la superficie del césped artificial para una mejor compactación y una mayor sensación de naturalidad.
Al tratarse de materiales plásticos, una larga exposición al sol, producirá como es lógico, una elevación en la temperatura del césped, con lo que es recomendable darle un manguerazo con agua para bajar su temperatura y hacerlo más confortable y duradero.
